(Tomada del blog Sobrevivir en el intento)
Por Carlos Alvarado
@charlieodow
La vida está tan llena de detalles curiosos que uno necesita compartir.
Los que me conocen saben que soy lo que la gente llama ¨geek¨. Amo los videojuegos, la ciencia ficción, los juegos de mesa complicados, juego Magic y otras cosas que muchos de seguro me ven y podrían hasta reírse, lo importante acá es que soy geek cuando tengo que serlo y no lo soy cuando se amerita (normalmente me encantaría serlo todo el tiempo, pero como dice el dicho: Hay tiempo para todo)
De todos esos ratos en los que sí me comporto como el ñoño detrás de la computadora o el televisor, existen varios momentos de los que me refería al principio (detalles curiosos) en un videojuego que amo y amaré toda mi vida que se llama Harvest Moon.
Les explicaré Harvest Moon en cinco sencillos puntos:
-Tenés una granja en la cual sembrás, cultivás y finalmente vendés productos.
-Tenés que ampliar tu granja, construyendo ya sea una mejor casa, gallinero, corral y demás para tener animales, los cuales más adelante te darán productos para vender.
-En el mundo de Harvest Moon (el cual es grande y varía de juego en juego) existen distintas zonas, no sólo la granja, como por ejemplo la ciudad, la montaña y la playa, te podés trasladar caminando o a caballo. En la ciudad vos comprás, vas al bar, conocés gente y demás.
-De las personas que podés conocer alguna podría ser tu futura esposa o esposo, y formarás toda una familia.
-El juego tiene un sistema de cuatro estaciones, en las cuales podés sembrar distintos productos dependiendo de la estación y algunos que no se pueden sembrar. Por ejemplo, en primavera podés sembrar fresas y en verano naranjas. Pero en primavera no podés sembrar naranjas. Además cada estación se divide en 30 días. Los cuales no transcurren en tiempo real, digamos que cada día pude durar unos diez minutos de la vida real. Cae la noche, te vas a dormir y bienvenido el día 2.
En un resumen, Harvest Moon le patea el trasero a Farmville como doscientas quince veces, y luego se le ríe en la cara otras quinientas. Además Harvest Moon es una franquicia que existe desde 1996 y es una serie de unos 25 juegos.
Lo que les quería contar es que la vida en Harvest Moon es tan sencilla, tan feliz, salir a caminar por las montañas para recoger hojas y prepararle un té a tu futura esposa es un sentimiento inigualable, cosechar las verduras, comprar muebles para decorar la casa, esperar algún festival de la estación y disfrutar con la gente del pueblo una corrida de caballos o nadar en la playa es algo que me hizo crecer desde la primera vez que puse un dedo en el control conHarvest Moon allá por el 99, yo estaba en sexto grado de la escuela.
Hoy, más de diez años después, sigo jugando Harvest Moon, claro no el mismo del 99, sino los que sacan últimamente.
Uno casi puede respirar el aire fresco del gran mundo que se le presenta en cada entrega. Y puedo asegurar con la mano en el corazón que Harvest Moon me dio desde pequeño herramientas para ser responsable, ese es el detalle curioso del que les quería hablar. Convivir con la gente del pueblo, levantarse temprano para regar las plantas, cortejar a una muchacha de la zona para eventualmente casarme, de una manera muy sana, construir, bañar a las vacas y ordeñar, fueron momentos clave para lograr en mí un Charlie bastante responsable.
Lo sé, puede sonar algo tonto, un videojuego, pero créanme cuando les digo que la vida en Harvest Moon es tan preciosa que a uno le dan ganas de estar allí.
Lo peor de todo es que vivimos en un mundo real tan cambiante, de gente irresponsable, que no tiene idea de lo que es cuidar el medio ambiente, un mundo que perdió el norte hace tanto tiempo, y en el que los que queremos un cambio somos tan pocos, que me dan tantas ganas cada día de entrar a Harvest Moon y olvidarme de todo eso.
La vida en Harvest Moon está tan llena de detalles curiosos… lastimosamente no es la vida real.
Carlos Alvarado. Escritor, editor y creador de El Gaymer
Harvest Moon es uno de esas reliquias que no sabes explicar a los fanáticos del FPS en la actualidad. El juego no tiene rasgos ni gráficos sorprendentes, pero su jugabilidad y entorno es de ensueño. Te metes en el papel, durante casi 10 años, y sigues jugando como la primera vez. Recuerdo que empecé a jugarlo por error en un emulador de SNES que encontré en un disco de un amigo y me enganchó. A la fecha lo sigo jugando en los ratos de bus en el celular. Una joya inmortal.
ReplyDelete¡Definitivamente Pablo! Harvest Moon podría llamarse un gusto adquirido, no es cualquier gamer al que le produce ese sentimiento. ¡Saludos!
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