Friday, April 5, 2013

EL LEGADO DE LUCAS ARTS: CINCO VIDEOJUEGOS QUE NO PODEMOS OLVIDAR


Pablo Vargas // Para El Gaymer y The Scumm Bar // @pvargas17 

La noticia se ha esparcido por el mundo como pólvora. LucasArts ha muerto. Para muchos adictos al FPS y los TQE la noticia del cierre de esta compañía pasará desapercibida, pero en RetroGamer la bandera se encuentra a media asta Y es que no se trata solamente de la defunción de la compañía que intentaba dar vida a StarWars 1313, sino de la muerte de una vieja amiga, una compañera de batalla que durante tardes enteras nos hizo mantener la cabeza sumergida en la pantalla hasta resolver el misterio que se escondía detrás de cada nueva aventura.  Es la caída en batalla de la creadora de los clásicos que marcaron el género de la aventura gráfica y dieron vida a este gremio. Hoy nos toca con pesar decir adiós a una de las más grandes creadoras de aventuras de todos los tiempos y lo hacemos con la cabeza en alto, recordando su legado.




5. Grim Fandango (1998)Arrancamos este homenaje recordando la última joya de LucasArts realizada por Tim Schafer, creador de los clásicos Day of the Tentacle y Full Throttle. Protagonizada por el Manny Calavera, un mensajero de la muerte que mezclaba mediocremente su trabajo con el de una agencia de viajes en el inframundo azteca, la historia nos presentaba las desventuras de Manny en su incansable búsqueda del tiquete al noveno infierno, el lugar de descanso eterno para los Grimreaper.







Un guión de película, una historia de engaños y corrupción poco ortodoxa mezclado con novela policíaca donde el humor y la investigación se unen para dar rienda suelta a la locura, fueron la clave para hacer de este juego un clásico inmortal.  La llegada del motor GrimE fue el parte aguas en la industria, siendo la producción de Shafer aclamada de forma unánime por la crítica y los jugadores,  citándola como una verdadera obra maestra del género -término mancillado que se otorga con facilidad a cualquier producción en la actualidad-, no obstante diversos factores externos a la producción desembocaron en que el estudio diera la espalda a Grim Fandango impidiendo su continuación, una situación que no impidió su lugar en la historia y en el corazón de los fans.







4. Sam&Max: Hit the Road (1993)Basado en los personajes del comic Sam & Max: Freelance Police -creados por Steve Purcell-, Hit the Road sigue la historia del dúo de detectives animados tras la pista de Bruno, un yeti congelado que desapareció de una feria ecológica, impulsando a los protagonistas a una travesía a través de un Estados Unidos que fue parodiado por el juego hasta límites insospechados, al tiempo que descubríamos el misterio oculto detrás de la desaparición de la gran bestia.



La aventura de la que nos hacía participes el juego era un frenesí de eventos descabellados cargados de humor ácido que sobrepasaban el surrealismo, pero apegados a la historia de una forma tan excepcional que resultaba imposible no adentrarse de lleno en la trama escrita por Sean Clark.  Desde los empleados clones, hasta el reto de hacer surf encima del coche de policía, cada uno de los personajes secundarios y mini-juegos tenían una ubicación perfecta en la historia que se complementaba de forma magistral con un apartado gráfico a la altura de los grandes del género. 





3. Indiana Jones and the Fate of Atlantis (1992)Secuela del legendario Indiana Jones and the Last Crusade desarrollada por LucasArts en 1989 -entonces conocida como LucasFilmGames-, nos trajo devuelta al mítico arqueólogo norteamericano en una apasionante aventura diseñada por Hal Barwood y Noah Falstein para dar vida a un videojuego que bien pudo convertirse en la obra cinematográfica más destacada del Dr. Jones, en lugar del bodrío infumable con que años más tardes nos sorprenderían George Lucas y Steven Spielberg al crear una producción cuyo único logro ha sido aumentar el número de lobotomias desde su estreno.




El sello principal de esta producción fue sin duda su elaborada trama, superior a muchos juegos de la actualidad que se limitan al apuntar y matar. La historia en The Fate of Atlantis se encuentra fundamentada en un guión adictivo, lleno de personajes memorables y villanos de galería,  que nos sumerge en el búsqueda imparable de una reliquia relacionada con la mítica Atlantida. Viajando por escenarios tan diversos que van desde la antigua Tikal, como los clásicos Montecarlo y el desierto del Sahara, hasta la inolvidable Azores. Llena de puzzles, misterios y pistas indescriptibles en una carrera contra reloj por hacerse con la pieza sagrada que puede definir para siempre el futuro de la humanidad, esta aventura gráfica construyo con méritos propios un lugar imborrable en la historia de los videojuegos. Un clásico imprescindible.




2. Maniac Mansion (1985): Cuando Ron Gilbert esbozó en conjunto con Gary Winnick la historia de un joven cuya novia era raptada por un científico de cuestionable descendencia y habitante de una tenebrosa mansión victoriana, dudosamente podría imaginar la trascendencia que su producción tendría a lo largo de la historia. La trama en clave parodia de las cintas de género B no era la primera obra de Gilbert, quien en el pasado había trabajado en el desarrollo de juegos de arcade para la Commodore 64, que dicho sea de paso nunca verían la luz del sol. Fue entonces cuando llego la  oportunidad en LucasArts.




Corría el año 1985 cuando Gilbert y Winnick darían vida al lenguaje informático que marcaría la industria:  Script Creation Utility for Maniac Mansion, más conocido como SCUMM. Dicho script supuso una revolución en las interfaces de juego para aventuras gráficas de su época y que se convirtió en la base de LucasArts en el desarrollo de sus nuevas aventuras gráficas conocido como el point and click, imitado hasta la saciedad por sus competidores sin alcanzar el éxito esperado. La fórmula era sencilla, pero muy difícil de imitar. La clave se encontraba en el desarrollo de los personajes y sus historias. Y fue ahí donde LucasArts sentó cátedra.




Maniac Mansion introdujo ideas y conceptos que serían la base para los géneros que conocemos en la actualidad, como la posibilidad de diversos finales o de escoger entre varios personajes, cada uno de ellos con diferentes habilidades; escenas que se asemejaban a vídeos donde nos cuentan la historia del juego, esto sumado sus giros en el guion, y golpes de humor, -inmortal su alusión a la motosierra sin gasolina-,  convertirían la referencia en el sello de fábrica de LucasArts.






1. The Secret of Monkey Island (1990)Piratas que se baten en duelos de insultos, fantasmas con hambre, caníbales que cuidan su dieta, vendedores de barcos, un pollo de goma que sirve de polea, un árbol que te pide insertes el único disket que no tienes en tu colección, y un bar con perro incluido en el que sirven grog y dio vida a este blog. The Secret of Monkey Island es el momento cumbre de Ron Gilbert y su equipo y el mejor ejemplo del legado dejado atrás por LucasArts.




Con un guión cargado de autoparodias y referencias de la época, Ron Gilbert nos presenta la historia un protagonista impensable que sueña con ser un pirata. Un simple deseo que llevará a Guybrush Threepwood   a través de una travesía sin precedentes a lo largo del mar caribe hasta encontrarse con el temible capitán LeChuck, no sin antes disfrutar de una aventura de antología llena de humor a graneles, personajes secundarios que nunca sacarás de la mente y una isla que nunca podremos olvidar. Sus continuaciones solo harían crecer cada vez más el mito que existía detrás de esta gran saga. En pocas palabras: Una verdadera obra de arte. 



Adiós vieja compañera. LucasArts a lo largo de más de 20 años nos regaló un universo incomparable, que lejos de marchitarse, se vuelve cada vez más fuerte con el paso de los años. Su deceso a manos de Disney, es sin duda uno de los golpes más duros a la memoria de los jugadores que tuvimos el gusto de presenciar la autentica edad de oro de la aventura gráfica. Hoy con gran tristeza decimos adiós a esta gran compañía. Gracias por todo LucasArts...





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Pablo Vargas - Escritor costarricense, ingeniero industrial, director y fundador de la revista digital The Scumm Bar. Autor de la novela “El Hombre de la Rosa Negra” (ULACIT, 2009), el microrrelato “Un café para celebrar” (Editorial Costa Rica 2012) y el blog "Rincón de un escritor". Actualmente se encuentra trabajando en su nueva producción "Nueve minutos para la media noche".


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