Por Braulio Vargas para Gaymer:
Un pequeño hombrecillo de vestiduras rojas, italiano
con peculiar sombrero y ¿aparte
fontanero?
¡Qué locura!- Gritaban los gamers, mientras los aplausos no dejaban de detenerse alrededor
del mundo. La imaginación y el deseo por alejar la realidad y adentrarnos en mundos fantásticos ha sido
la apuesta de Nintendo desde que nuestras manos podían tomar un control de NES,
conocido popularmente como Nintendo Americano . Muchas personas alrededor del
mundo han tenido la dicha de experimentar la evolución de esta gran compañía
desde sus inicios. Cada vez que tomábamos un control y presionábamos sus
botones no podíamos distinguir entre el
mundo real y lo que veíamos a nuestro alrededor, era casi como un sueño y nuestro
amigo el fontanero nos ha tomado de la
mano desde los inicios de esta gran aventura.
Los años
fueron pasando, todavía la audiencia seguía aclamando este gran personaje, pero algo inédito y sorprendente iba a
suceder en la evolución de nuestro gran
amigo. En cada esquina y en cada
barrio se escuchaban las risas de los niños y también padres, que a pesar de
los mitos creados por ellos a través del tiempo como “los
videojuegos afectan los estudios“ o “los
video juegos dañan los televisores“ no
podían resistirse a ver a nuestro fontanero quebrando bloques, atrapando hongos,
salvando una princesa o explorando un castillo.
Recuerdo cuando llegaba navidad y
dentro de esa caja lo único que queríamos ver
era ese peculiar personaje, de una u otra forma ya había conquistado
nuestros corazones.
Un cambio
muy grande se avecinaba, el paso a 64 bits.
Tuvimos miedo… la gente temía perder a su amigo el fontanero, o que ya
sus poderes no fueran los mismos, que ya
no tuviéramos princesa que rescatar o goombas por derrotar, pero lo que no
esperábamos es que sería uno de los momentos más conmemorativos y excitantes de la historia de los video
juegos.
Con el paso
de Mario a 64 bits ya nuestro amigo no solamente podía saltar, también podía
desplazarse en mas direcciones y explorar como se lo merecía (además de
increíble música y diseños de pantalla) Había un sinfín de posibilidades para
La gran N pero su principal objetivo fue demostrarnos lo que podían hacer con
este personaje, y vaya que lo lograron.
Mario nos llevó nuevamente a un mundo sorprendente.Mario 64 ha sido para muchos
(me incluyo) el mejor Mario hasta la fecha .
Ya no se
escuchaban niños, empezábamos a ser
adolescentes y las nuevas generaciones
también se interesaban al ver la cara de Mario en la pantalla en 64
bits.
No escribo
este artículo para retomar toda la historia de Mario a través de la evolución
de Nintendo, porque ya muchos la conocemos, es más una comparación de aquellos
momentos que nos marcaron la infancia y que siguen en nuestras memorias.
¿No sería
mejor crear nuevas anécdotas que podrían ser recordadas en el futuro? Mario
lamentablemente ha sido explotado, y todo empezó después de la salida de Mario
Sunshine, el cual fue un juego que todos
recordamos y que marcó de forma muy significativa la saga. El espíritu de Mario fue cayendo lentamente, ya no se escuchaban
risas, ya el grito no era el mismo, y es que Mario había pasado de ser el
fontanero de nuestros mundos irreales a una cara comercial que lamentablemente Nintendo
llegaría a sobrexplotar en el futuro.
El error más
grande de una compañía es hacer exactamente eso o intentar imponer un personaje
por el simple hecho de haber tenido éxito en el pasado. Cada juego es una nueva
experiencia y el mito de que “Por que es
Mario tiene que ser bueno “es simplemente eso, un mito.
Por eso recordamos cuando las compañías de
videojuegos los creaban para ganar
fans y no para complacer una comunidad
conformista que se complace y que no
alega el hecho de ver a nuestro fontanero sumergido en un juego que no le llega
ni a sus talones (y eso que el héroe es pequeño)
La
melancolía nos atrapa cada vez que prendemos una consola actual y es porque
sabemos que las compañías de videojuegos están aquí solo por dinero, y que
experiencias como las que vivimos en el pasado no volverán hasta que se vuelva
a creer en el espíritu aventurero de un Mario
que tanto extrañamos.
Por eso
cada vez que encendás tu consola preguntate
si de verdad lo que ves es un Mario jugando futbol, en olimpiadas o con un ¨New¨ en el título para tratar de conquistar nuevas generaciones,
o si sencillamente es una pesadilla atrapada en
el mundo real.
Braulio Vargas
(@hausofbraulio) – Escritor de Gaymer
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