Jorge Rodríguez Vives
@jrvives121
Pues el creador de éste blog (El Gaymer) me ha pedido que comparta mi experiencia de ser un aficionado a los videojuegos. Esa es una historia curiosa en mi vida.
Cuando tenía cerca de 5 años estaba de moda el llamado Super Nintendo,
como buen hijo único yo quería uno y mi madre me complació. Disfrutaba
mil jugar horas de horas. De un momento a otro me aburrí. Dejé de jugar,
ya no me parecía entretenido y me dediqué únicamente a mi música y
estudiar.
Para
cuando entraba a tercer grado de la escuela, mi mamá llegó con una
noticia: nos vamos a vivir a México. Con ilusión de niño que quería
conocer al famoso México, pues iba con gran sonrisa. Sin embargo, olvidé
un tema, me iba solo. Por tanto mi familia estaba preocupada de qué iba
a hacer el solitario Jorge para entretenerse, (sí desde esa época era bastante solitario). Así
fue como hicieron banca para comprarme la última pomada canaria en
videojuegos, un Sega Génesis. Me divertí muchísimo con él durante mi
estancia en México, jugando SONIC, Lotus II y Aladino. Cuando regresamos
a Costa Rica, de nuevo entré al oscurantismo de no jugar.
Veía
los anuncios de televisión por muchos años y en las revistas, iban
saliendo nuevas consolas, nuevos juegos, nuevas lógicas de juego.
Ninguna me llamaba a ser su usuario. Una vez un amigo me invitó a jugar
Golden Eye en Nintendo 64, recuerdo que me perdía en aquella
pantalla que daba vueltas y vueltas. De nuevo se me quitaron las ganas
de ser parte de aquella “locura”, no era lo mío, yo seguía con mi
música, en una burbuja aislado del mundo del entretenimiento
tecnológico.
Así fueron pasando los años, los juegos y las consolas.
Llegó otro momento de esos raros. La navidad de 2009. Un amigo hizo una Wii party. Yo dije para qué diablos voy a ir si a mí no me gusta jugar. Le
di muchísimas vueltas al tema, ir o no ir, era un amigo al que quería
mucho, me parecía un gran partido, era la primera vez que me invitaba a
una actividad suya. Me decidí y fui a la fiesta. Llegué y efectivamente
la Wii party tomó cara (yo no tenía idea de qué era eso) y bueno llegó el momento más complejo, la pregunta del siglo: “¿Jorge querés
jugar conmigo?” No tenía idea de que era lo que iba a contestar,
evidentemente me interesaba, y pues contesté “sí pero en mi vida he
jugado ésta carajada, así que tendrás que darme mucha paciencia”.
Fue mágico comenzamos jugando bolos en el Wii
y ambos, me conquistaron. Desde ese momento mi amigo logro despertar en
mí un nuevo interés: los videojuegos musicales. Desde ahí me convertí
en un gaymer, juego que salía de música, juego que me compraba. Guitar hero, band hero,
los juegos de las grandes bandas, etc. Fue muy interesante para mí
lograr esa vinculación entre mi pasión musical y un entretenimiento sano
por medio del Wii. Hasta hoy creo que es una magnífica vinculación (Disfruto mil The Beatles Rockband)
Luego apareció el tema de baile en el Wii, los Just
Dance fueron interesantes. Me parece que ha cambiado la vida de muchos,
han logrado poner diversión al movimiento de la gente. Han colaborado a
unir familias y demás. Así que definitivamente sí soy un Gaymer tardío, pero agradezco al cosmos que la magia de éstos videojuegos me haya cautivado.
PD: Éxitos en este nuevo blog Charlie.
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